El segundo nacimiento de una empresa creativa: Madurez de 2Easter

El segundo nacimiento de una empresa creativa: Madurez de 2Easter

Si estás leyendo esto es que nos conoces. Y si no, gracias por perderte en un blog que intentará contarte una joven historia de madurez de unos emprendedores de una manera que no esperabas. Una historia que empezó hace unos cuatro años con un texto más inocente que este.

 

El bebé que sabía lo que quería:

2Easter nació después de gestarse en un útero de ambiciones ​demasiado​ creativas. Dos emprendedores con demasiadas ideas como para no engendrarlas bajo una estructura empresarial. Iba a nacer con un nombre y unas prisas de cambiar el mundo desde el principio que ilusionarían a cualquier guionista. Aplicaciones móviles que iban a revolucionar la sociedad, redes sociales que rompían con todo y muchas otras innovaciones que se sostenían con un planteamiento de ventas que conquistó (de veras) a algunos consultores experimentados. “Lo que hemos creado está a prueba de fracasos” presumían. “Es imposible que, con tantas ideas, ninguna triunfe” soñaban. Y no creas que fue un problema de esfuerzo, de ingenuidad, ni mucho menos de planteamiento. Lo que se interpuso en el crecimiento de esta idea fue el tiempo. Una idea emprendedora que todavía gateaba entre startups que ya corrían acabó siendo algo frustrante para nosotros (Todos entendíamos que esto es sobre nosotros, ¿no?). ¿Cómo iban a producir, dos chavales, semejante “innovación social”? Para traer el futuro hacía falta el músculo que un niño de la edad de 2Easter no podía tener. La revolución con tecnologías sencillas iba a necesitar paciencia, pero al presente lo que peor se le da es, precisamente, esperar.

 

El niño que aprendía a trabajar:

Pero 2Easter se puso de pie. Dio sus primeros pasos paciente y dijo sus primeras palabras humilde. Una flamante y cándida página web. Perfiles en todas, ​todas​, las redes sociales. Y llegó la primera oportunidad: un trabajo para un cliente, una vía alternativa de crecer: el primer animal al que enfrentarse en la cacería que le haría volver como un hombre. La primera medalla es la que más brilla de la vitrina, sobre todo cuando es la única… Pero no tardó en verse acompañada. El boca-oreja atrajo clientes e interesados. Hubo caídas y rasguños, pero seguro que a ti tampoco se te nota casi la cicatriz de cuando eras pequeño. Aprendía más y más, unas veces de buenos profesores y otras de errores que flagelaban. Llegó incluso el bendito problema no tener tiempo de organizar y presentar el portfolio que se estaba acumulando. Los clientes sonreían y la cuenta del banco había arañado varias cifras ya, pero… faltaba algo.

 

Lo que hemos aprendido sólo ha sido para erguirnos, pero donde estamos de pie empezaremos a construir.

 

El joven que volvió un hombre:

Echaba de menos su casa. Había estado fuera tanto tiempo que había olvidado lo que le había motivado a crecer. Recordó las apps, la ilusión de crear algo nuevo y se maravilló con su memoria. Algunas se veían peor con un prisma más realista, pero por supuesto que emociona revivir un sueño. Le podía la excitación de crear, pero no podía dejarlo todo y volver, ya que la potencia se atrofia (los clientes se enfadan y no pagan). Había que madurar en algo nuevo, algo que no se podía aprender de profesores ni caídas. Había que conciliar los sueños y los deberes. Llegaría el momento en que los primeros eclipsaran a los segundos. Y después de un retiro introspectivo, tocaba trabajar más duro, llegar a todo.

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2Easter desapareció hace tres años siendo un niño, fantasioso; y ha vuelto después de cazar entre sombras, hecho un hombre. Un baño caliente para quitarnos las pieles muertas tras estos años de aprendizaje y un cambio de las botas de aventura por un traje para la vida. La página web en la que estás ahora mismo ha sido nuestra proclama de retorno y este texto la crónica con la que excusamos nuestra desaparición. Lo que hemos aprendido sólo ha sido para erguirnos, pero donde estamos de pie empezaremos a construir. Sigue con nosotros para ver lo que somos capaces de crear o tendrás que leerte el texto la siguiente vez que creamos necesario contar lo que hemos estado haciendo.